Al cine le faltan boricuas

La escasa audiencia puertorriqueña y la falta de fondos económicos amenazan a la industria cinematográfica en la isla

La experiencia cinemática comienza por el olfato. Desde la fila en la taquillera, el olor del popcorn penetra las narices de quienes observan la cartelera. Emocionados por lo que vienen a presenciar, hacen otra fila en la concesión para comprar los refrigerios que calman las ansias durante los cortos. Finalmente, sentados en la sala, el público alcanza el éxtasis tras escuchar la muy esperada frase “Bienvenidos a Caribbean Cinemas”.

Una foto magnificada de unas palomitas de maíz.

Foto: pxfuel.com

Foto: pxfuel.com

Desde la comodidad de sus sillas, los espectadores conocen a distintos personajes y con ellos exploran tierras, sufren pérdidas y celebran triunfos. Estreno tras estreno, el público se conecta con los personajes de la pantalla gigante. De esta manera, los puertorriqueños aportan a la ganancia económica de grandes filmes norteamericanos, como “Avengers: Endgame” que, según una publicación de CNBC, generó $1.2 billones mundialmente en su fin de semana de estreno.

Foto en blanco y negro de la fachada de un Caribbean Cinemas.
La foto muestra un edificio crema con tormenteras grises cubriendo el exterior de la estructura. Entremedio de las tormenteras, hay una puerta de cristal visible. En la parte superior del edificio, unas letras rojas deletrean Roosevelt. La calle frente al edificio simula adoquines y tiene tierra negra. El cielo está nublado.

Foto: Andrea Cruz Ruiz

Foto: Andrea Cruz Ruiz

En la foto se ve una concesión de refrigerios en el lobby de un cine vacío. A mano izquierda de la foto, hay una puerta roja cerrada y tres puertas rojas abiertas. Al fondo del counter, el pasillo está oscuro.

Foto: Andrea Cruz Ruiz

Foto: Andrea Cruz Ruiz

Olvidadas las películas puertorriqueñas

Sin embargo, mientras los rodajes de Hollywood crean filas extensas en los cines de Puerto Rico, el respaldo del público en la isla no es equitativo cuando se trata de películas puertorriqueñas. Según el cinematógrafo Derick Acosta Maldonado, el poco apoyo hacia los proyectos puertorriqueños se debe a su falta de publicidad.

“En las producciones externa hay presupuesto para mercadeo. Pero aquí el mercadeo es limitado porque las películas locales tienen un marco de vida de dos semanas”, explicó Acosta Maldonado. “Si el público no ha visto absolutamente nada de la película, ¿crees que van a escoger la que no conocen o la que sí?”.

Por su parte, Carlos Manuel Sánchez Díaz, director y profesor de cine en la Escuela Especializada Central de Artes Visuales en Santurce, añadió que, aunque el presupuesto ya incluye el mercadeo, la publicidad no suele figurar como un gasto esencial en los rodajes puertorriqueños.

“Si consideramos el sistema económico de Estados Unidos, lo primero que ellos van a querer es conseguir su inversión de vuelta, pues me parece sensato que, dentro de su sistema hipercapitalista, ellos decidan que la mitad de su presupuesto es para marketing”, concluyó el director de 23 años. “Pero la gran mayoría de los cineastas en Puerto Rico hacen películas con muchos menos recursos que Estados Unidos”.

Además de las limitaciones económicas, el Estudio Sobre el Ecosistema Cultural del 2016 encontró que solo un 39.6 por ciento de la población en la isla va al cine para ver películas puertorriqueñas. “Por lo tanto, si tú tienes bien poca audiencia, y una buena producción cuesta más de $2 millones, en Puerto Rico, es casi imposible tener un retorno de esa inversión a nivel local”, indicó Sánchez Díaz. El director también opinó que, debido a la situación colonial de la isla, los puertorriqueños esperan producciones puertorriqueñas con presupuestos estadounidense.

Acosta Maldonado agregó que, aunque poco común, las películas puertorriqueñas que duran más de un mes en la pantalla grande no siempre generan su inversión inicial. “Las películas estadounidenses son presupuestadas por grandes estudios de filmación, pero muchas de las películas locales son autopublicadas por personas que sacan de su propio presupuesto para lograr que sus trabajos lleguen al cine”, señaló Acosta Maldonado.

Una infográfica con fondo azul resume el estudio del ecosistema cultural puertorriqueño 2007-2012. La población que asistió al cine totaliza 53.3%, mientras que la población que vio películas puertorriqueñas en el cine es de un 39.6%. El 90.6% de los puertorriqueños que van al cine prefieren las películas de origen estadounidense. 0.6% de estos puertorriqueños ven más de cinco películas puertorriqueñas anuales.

Infográfica por: Andrea Cruz Ruiz

Infográfica por: Andrea Cruz Ruiz

Métodos de financiamiento inefectivos

Sánchez Díaz puntualizó que, además de costear sus propios trabajos, algunos cinematógrafos puertorriqueños consiguen financiamiento mediante donaciones comunitarias o individuales. Sin embargo, según el Código de Incentivos de Puerto Rico, los inversionistas no pueden reclamar más de $100,000 por proyecto fílmico en sus contribuciones.

Aunque el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC) provee fondos para proyectos cinematográficos a través del Programa de Desarrollo de la Industria Cinematográfica (PDIC) de Puerto Rico, Sánchez Díaz aclaró que las partidas presupuestarias otorgadas no son dinero líquido. “Son unos créditos contributivos que las producciones les revenden a otras corporaciones que necesiten ese crédito para sus contribuciones”, explicó el director.

Además de proveerle incentivos a los cinematógrafos puertorriqueños, el PDIC se comprometió a proveer incentivos para apoyar el desarrollo del cine doméstico y foráneo en Puerto Rico. Sin embargo, en una carta enviada al Departamento de Hacienda a mediados de diciembre de 2021, la Junta de Control Fiscal (JCF) advirtió que la política de incentivos contributivos no solo falló en promover el desarrollo económico en la isla; sino que también le costó $21 millones al gobierno de Puerto Rico.

En la misiva firmada por la exdirectora ejecutiva de la JCF, Natalie Jaresko, la entidad federal le recomendó al gobierno de Puerto Rico trabajar en reformas estructurales que fortalezcan las ventajas competitivas de la isla como un destino para inversión.

Fotos de fondo por: Dereck Acosta Maldonado

Camarógrafo con camisa negra inclinado mirando por el lente de su cámara. A su derecha observándolo está parado el director Derick Acosta con un jacket crema.
Camarógrafo con camisa negra aguantando su cámara mientras graba a uno de los actores. Sentado en el piso a mano derecha del camarógrafo está el director Derick Acosta con mascarilla y camisa negra.
En la foto, se muestran unas puertas de cristal que son la entrada al cine. Justo encima de las puertas, colgando de una pared amarilla, está la cartelera. Unas letras negras sobre fondo blanco indican cuáles son las películas disponibles. Encima de la cartelera, el logo de Caribbean Cinemas.

Foto: Andrea Cruz Ruiz

Foto: Andrea Cruz Ruiz

Letras amarillas rodeadas de bombillas amarillas leen "Coming Attractions". Debajo de las letras aparecen tres carteles de película. Dos de las carteleras anuncian películas puertorriqueñas: "Calle Resistencia" tiene un fondo negro y varios colores en una silueta de la bandera de Puerto Rico; y "El Karaoke" lleva un fondo blanco y un micrófono roto y sangriento. La tercera cartelera es oscura y dice "Batman"

Foto: Andrea Cruz Ruiz

Foto: Andrea Cruz Ruiz

A través de los años, la cantidad de los incentivos ha fluctuado. Bajo la Ley de incentivos económicos para la industria fílmica de 2011, el gobierno podía proveer hasta $50 millones. Sin embargo, las enmiendas al Código de Incentivos redujo estas aportaciones y, actualmente, solo se destinan $38 millones en incentivos contributivos a la industria cinematográfica.

Ante esta situación precaria, la directora del PDIC, Rosi Acosta, señaló, en una entrevista con el medio El Vocero, que la falta de incentivos no es el único elemento que afecta a la industria cinematográfica puertorriqueña. La funcionaria expuso que la falta de estudios de grabación también impide que los cineastas foráneos quieran invertir en grabar sus proyectos en la isla.

Aunque en el 2018 el empresario inglés Keith St. Clair anunció, junto al exgobernador de Puerto Rico Ricardo Rosselló, que iniciaría la construcción de unos estudios de cine en el terreno detrás del Centro de Convenciones en Miramar en San Juan, este proyecto nunca se materializó.

Cine puertorriqueño para los puertorriqueños

De igual manera, la llegada de la pandemia por la COVID-19 no solo provocó el cierre abrupto de los cines y la pérdida masiva de empleos, sino que también provocó la pausa y cancelación de distintos proyectos fílmicos.

“Hubo un proceso que atrasó, aproximadamente, 6 meses de producción de distintos proyectos. Obviamente, se crearon unos protocolos, como disminuir el equipo de producción, limitar a los actores y condensar los días de producción”, observó Acosta Maldonado.

Ahora, a dos años de la emergencia global, los cines vuelven a abrir sus puertas. A pesar de los atrasos de grabación, películas puertorriqueñas como “Picando Alante” forman parte de la nueva cartelera. Protagonizada por los actores de Teatro Breve, la comedia puertorriqueña estrenó el 21 de abril de 2022 en 24 salas de cine alrededor de la isla. Según el actor del filme Juan Pablo Díaz, “Picando Alante” ocupó el segundo lugar en la taquillera puertorriqueña durante sus primeras dos semanas de estreno.

Acosta Maldonado mencionó que, aunque hay directores puertorriqueños que graban películas de alta calidad fílmica, el público puertorriqueño no las reconocen. El guionista criticó que, como consecuencia, algunos cinematógrafos experimentan mayores retos al momento de producir su película mientras que unos pocos se lucran con trabajos menos elaborados. “Hay personas que se están dedicando a crear otro tipo de público que aprecie otro tipo de películas, pero, ahora mismo, es el ‘carajo’ y ‘puñeta’ lo que hace reír. Es bien triste”, expresó Acosta Maldonado.

De igual manera, Sánchez Díaz considera que los cinematógrafos puertorriqueños deberían evitar las fórmulas americanas al hacer películas. “Nuestra industria debe concentrarse más en que el cine salga de Puerto Rico, pero que, aunque salga de la isla, que no deje de ser puertorriqueño”, exclamó el director.

“El que sea genuino, el que sea puertorriqueño, el que sea autóctono, eso es lo que hace que el resto del mundo lo vea y vea algo diferente, algo que le gusta, algo que conecta con ellos, aunque no sea de su cultura. Porque es original. No es una copia de lo estadounidense. Y yo considero que, en nuestro cine, ese es el paso por seguir. Eso es lo que le hace falta al cine”.

Foto de fondo: pxfuel.com
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Butacas de cine en blanco y negro.
Butacas de cine azules.
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