Huerto semilla: una apuesta por la soberanía alimentaria en el país
Los participantes del espacio ubicado en la IUPI buscan fomentar la producción ecológica y accesible

El proyecto comunitario Huerto Semilla, en la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras, es un espacio de cultivo y educación agroecológica que apuesta por la soberanía alimentaria en el país.
Para Cindy L. Santiago Villegas, integrante desde el 2018, el compromiso del huerto con la gestión nutritiva recae en la necesidad de tener una producción de cultivo ecológico y accesible en el país.
“En Puerto Rico no hay soberanía alimentaria en la medida en la que no son nuestras tierras las que están produciendo los alimentos y en la que dependemos de la importación”, criticó la también estudiante de la UPR.
Ubicado entre la Escuela de Arquitectura y el Departamento de Bellas Artes del recinto, el huerto permite que manos boricuas retomen el trabajo con la tierra y ejerzan “el derecho a tener una participación más real en los procesos de producción” de los alimentos que ingieren, destacó Santiago Villegas.
Entre el trabajo voluntario que realizan estudiantes, egresados, empleados no docentes, profesores y residentes en la comunidad de Río Piedras, se encuentran las brigadas todos los viernes, momento que Santiago Villegas describe como un “espacio de reconocernos y atender el espacio físico del huerto”.
En las brigadas se asumen tareas como desyerbar, podar, regar el cultivo, cosechar y trabajar la composta que reciben de IUPI COOP y Cocina Rebelde. Los universitarios lideran ambos espacios.
IUPI COOP, además de ser una cafetería, funge como un programa de Incubadoras del Instituto de Cooperativismo en que estudiantes cristalizan propuestas de cooperativas con asesoría de docentes.
Por su parte, Cocina Rebelde es una cafetería cuyo fin es sustentar económicamente el Comedor Social, iniciativa que provee comida a estudiantes de escasos recursos.
Desde la autogestión, el huerto utiliza la composta para sus cultivos, entre los que se encuentran de yuca, batata, gandules, guineos, papayas, frijoles, flor de Jamaica, orégano, quimbombó, pacholí, citronela, acerola, recao, guanábana, mangó, limón y malagueta. Cuando la cosecha está lista para recoger, se distribuye entre quienes participan de la brigada “como un intercambio justo por el trabajo que se hace en el espacio”, narró Santiago Villegas.


Como parte de su labor social, el huerto también realiza intercambios con otras colectivas tales como el Comedor Social, que, según su página de Instagram, es “un proyecto de distribución solidaria de alimentos que busca una universidad y un país libre de hambre de forma colectiva”.

La universitaria contó que, además de trabajar con la tierra, en las brigadas, los integrantes se sientan a dialogar acerca de temas sociales, políticos, agroecológicos, entre otros.
Desde sus inicios, el huerto es terreno fértil para conversaciones sobre la agroecología en el archipiélago. El proyecto comenzó luego de que agricultores presentaran, a los manifestantes de la huelga de 2010, el problema de la vulnerabilidad alimentaria. Los universitarios decidieron crear “Huerto Resi”, espacio que se ha ido transformando hasta convertirse en Huerto Semilla.
Santiago Villegas explicó que cualquier persona interesada puede participar de las brigadas. Además, hizo hincapié en que el proyecto se autodenomina cuir, feminista e inclusivo. Por tal razón, llaman “semillas” a quienes colaboren en el espacio, en un intento de evitar las asunciones de género.
Hasta el día de hoy se mantiene el huerto “por ese trabajo que hacemos constantemente y ese compromiso con visibilizar la soberanía alimentaria y la accesibilidad a la educación agroecológica”, manifestó la joven.
Visitando otros proyectos agroecológicos
Antes del comienzo de la pandemia, Santiago Villegas viajó, junto con otras integrantes del huerto, a un programa agroecológico en Nueva York para aprender nuevas tácticas de siembra, conectar con otros activistas y contextualizar políticamente el trabajo que realizan en Puerto Rico.
“Viajar y poder conectar con otras activistas, otras huerteras de otras tierras fue como reconocer que somos más y hay muchas posibilidades”, dijo Santiago Villegas. Cuatro miembros del huerto visitaron Soul Fire Farm, un programa de agricultura regenerativa en el norte de Albany, Nueva York. Luego, exploraron otros proyectos que se fundamentan en la soberanía alimentaria desde el contexto de la ciudad y lo urbano. Por su parte, otras cuatro integrantes fueron a un congreso de entidades agrícolas del Caribe y Latinoamérica celebrado en Brasil.
Este viaje fue un trabajo conjunto con la Red Agroecológica Estudiantil de Borikén, proyecto estudiantil de agroecología en formación, entre los Recinto de Río Piedras y Mayagüez, así como la unidad en Utuado.
Santiago Villegas expresó que el viaje reafirmó su pasión por este proyecto agroecológico, por lo que se ve “trabajando en Huerto Semilla o en iniciativas como esta a largo plazo, hasta que pueda seguir respirando”.

