La IUPI emana cultura
Desde el portón principal hasta el interior del campus, descubre cómo se percibe la historia y la cultura al caminar por el Recinto de RÃo Piedras.
Además de un fuerte olor a grama recién podada, la brisa que se siente al llegar a la Universidad de Puerto Rico Recinto RÃo Piedras trae consigo historia, cultura y nostalgia. Lo primero que se observa desde el portón principal de la Iupi es la emblemática torre asomada entre las palmas. Su dulce melodÃa resonando cada cuarto de hora les da la bienvenida a todos los que entran al recinto.
Acercarse a la majestuosa figura arquitectónica es sentir la historia brotar de sus arcos y de sus detalles elaborados en yeso. Culminada en el 1939, la torre fue testigo de las múltiples luchas y reclamos que se desencadenaron frente a los portones del primer centro docente del paÃs. De igual forma, con sus otras tres caras vigila al resto del Recinto.
La torre, llamada Franklin Delano Roosevelt en agradecimiento al expresidente estadounidense, también contempla diariamente a su esposa. Ubicada a varios pies de su compañero, el teatro Eleanor Roosevelt habita en la parte posterior de la placita de humanidades.
Foto del fondo por: Andrea Cruz Ruiz
Tras su inauguración, la estructura de estilo renacentista español presenció su primera graduación universitaria en el 1939. Desde entonces, el teatro fue espectadora de un sinnúmero de producciones, obras y orquestas.
En su balcón exterior, el Teatro de la UPR solÃa estar forrado de estudiantes que buscaban la sombra que los árboles de Plaza Antonia no otorgaban. Pero, ahora, las afueras del teatro están desiertas, y los pocos árboles que sobrevivieron el huracán MarÃa no son suficientes para escapar del sol.
Detrás del teatro, la facultad de educación emana lucha. Aunque la fachada parece un edificio gubernamental, su vestÃbulo sirvió como campamento en el que los movimientos estudiantiles se prepararon para sus batallas contra el opresor. Desde su mural en la pared, Eugenio MarÃa de Hostos observa cómo la nueva generación se levanta para reclamar sus derechos, su universidad y su paÃs.
Los espacios abiertos y las áreas verdes dentro del Recinto no solo proveen un espacio para que los estudiantes se despejen, pero también han servido para iniciar proyectos valiosos.
Una de estas iniciativas, Huerto Semilla, surgió tras la huelga del 2010 por un grupo de estudiantes que deseaba promover la educación agroecológica. Actualmente, el espacio entre la facultad de Bellas Artes y la Escuela de Arquitectura alberga el huerto comunitario donde los estudiantes del colectivo Agricultura Universitaria por una Urbe Fértil (AUUF) siembran, riegan y cosechan sus propios alimentos.
Cerquita del huerto se observan cuatro mesas solares cuyas placas rectangulares coleccionan la energÃa del gigante estelar. Ubicadas también entre las facultades de Ciencias Naturales y Estudios Generales, estas mesas se instalaron gracias a fondos asignados por el Departamento de Educación Federal al Departamento de Ciencias Ambientales del Recinto. Bajo las placas reflectoras, los estudiantes estudian y conversan mientras cargan sus dispositivos electrónicos con energÃa renovable.
Más adelante, en el complejo deportivo se inmortalizan los logros de los gallitos y las jerezanas que lucharon en canchas, campos y pistas a nombre de su alma mater. Igual de impresionante es el rojo brillante que se dispersa en el interior del trÃo de canchas conocidas como La Gallera.
Abierta para el uso de la comunidad universitaria, la piscina del complejo invita a cualquiera a zambullirse en su agua cristalina en los dÃas calientes.
La vuelta al Recinto ya está casi completada. Tras pasar la Escuela de Derecho, vecina del complejo deportivo, se aproximan las facultades de Administración de Empresas y Ciencias Sociales. AquÃ, en la Plaza de los Vientos, trabajó una vez el señor de los dulces. Sin embargo, la COVID-19 lo obligó a reinventarse. Ahora, aunque se puede aprovechar la brisa en la placita, las cajitas de dulces se ordenan en lÃnea.
Antes de salir por el portón del estacionamiento estudiantil, se avista Radio Universidad y a su antena. Además de transmitir música y material educativo, la cadena radial de 42 años también sirve como centro de práctica para los estudiantes de Comunicación.
Pero a los alumnos de la facultad de Comunicación e Información (FaCI) los encontrarás cruzando la avenida Ponce de León en el cuarto piso de la torre norte en Plaza Universitaria. AllÃ, los faciqueños aún esperan que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) finalmente apruebe la construcción de su nueva sede.
AquÃ, al otro lado de la avenida Ponce de León, la brisa cuenta de la historia y la cultura de quienes pisaron y lucharon en el Recinto. Desde la acera, se avista a la emblemática torre escondida entre las palmas del recinto. Con su dulce melodÃa, la figura arquitectónica se despide de quienes salen por los portones y de los que se pasean por la avenida.